domingo, 28 de septiembre de 2014

Vivimos recorriendo un laberinto de silencios.

El hombre se enhebra en el recuerdo de la noche

y teje con sus entrañas un camino de piedra roja

 / conciencia de su paso en la historia /

que con la acción del polvo sembrado solo ha sabido

vestirse de cera y ser caminado por personajes etéreos.

Sin embargo, este hombre al fin se ha parado y se contempla en un charco 

de soledad tan solo para escuchar de su viaje, del paso del tiempo y de una 

historia estancada.

¿Acaso la llama que habita sus labios, sus ojos, sus oídos ha apagado su 

camino?

Teje hombre, teje tus días

con lo que te queda de carne

con la antorcha de tu memoria

con el hambre atrasada y olvidada

con el polvo que son tus huellas y tus sueños.

Habrá de venir un horizonte más cercano, que abrace nuestras penas y que 

vista nuestro dolor de luto, una vez por todas.

Autor: Nicolás Maturana

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