Ahí estabas, sentada esperando a que te atendiera, como siempre pediste un café
latte y un ave palta, me quedé observándote, mirando tus ojos y pelo, hermosos,
así que decidí que ese día te invitaría a salir, salí un poco después que tu del local,
te dirigiste al mismo paradero que el mío, en el paradero me reconociste, titubeé al
saludarte, te invité a salir y por la adrenalina de los nervios te besé.
Desperté en la clínica con 2 costillas fracturadas, la mandíbula dislocada y moretones
por todo el cuerpo, no pensé que iba a ser tan difícil invitar a una mujer siendo una,
además nunca supe que tenías un pololo homofóbico.
Autor: Lineffe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario