martes, 23 de septiembre de 2014

¿Cómo sos?

No sos como te ven,
ni como te observas.
Largas piernas cansadas se pierden
en las humaredas y escaramuzas
de una fiesta de ayer.
Era mi cumpleaños.
Después de todo,
todo era efímero...
lo sabes, ¿no?
Si, ya debes saberlo.

Tampoco hay correcto ni incorrecto,
ni impreciso, ni certero,
ni vivo, ni muerto,
ni vacío, ni entero.
Tampoco soy un objeto,
ni una máquina lanza-poemas
que escribe rimas pues le es natural.

Ándate atrás,
dentro tuyo.
Necesito un trago
para olvidar el olvido.
Guadaña de los seis sentidos,
trozos fragmentados y fugaces
de un día (¿o era noche?)
donde las palabras correspondían
en el correo de la vida.

¿Cómo soy, me preguntas,
me cuestionas, me interesas?
Soy metáfora,
soy la tierra indecisa
y volátil;
soy los restos que quedaron en la esquina del salón.

¿Dolor?
Si pero no.
Dolor eterno y consumido,
como una carie
o una inyección en el brazo.
Síntomas incluyen:
necrosis,
esquizofrenia,
visitas de entes,
cálculos renales,
desconexión terrenal,
introversión
y diarrea.
Tome tres cada día,
con lápiz negro y cuadernillo.
Oh... me fui.
Se ha escabullido el cervatillo
con colmillos de aluminio
y extremidades de almidón.
Ese no soy yo.
El fósforo rojo me ha vuelto loco.

Ojo por ojo,
diente por diente,
pelo por pelo,
todos serán calvos.
Y las gotas de lluvia caerán 
por su lánguidas cabezas
hacia las narices y aguadas ojeras
que les acompañan en los buenos días grises.
Aquella canción
de otoño,
o de invierno,
o de algo bonito,
es como una metáfora (más bien lo es),
y se reserva a quienes desean escuchar.

Se retrasa el último vagón del metro,
impregnado de recuerdos y seres lánguidos,
otra vez,
intentando ser lo que jamás descubrirá...
algo así como yo.
¿Que como soy?
La respuesta no cabe en un verso,
aunque lo alargue. y lo alargue, y lo alargue, y lo alargue...

Autor: Lobo Lunar

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