Bombardeo de prosa ciega,
el cántico de esta refriega,
transporte de mi alma
asaltada por signos de guerra
entre la ira y la calma.
La puerta de escape,
ilustre visión de destape.
Las piernas se ponen a trabajar,
lesiones de un desfase,
se parecen al desenlace.
Lejos, hay que virar lejos
de esta condena de normas,
patrones y formas.
Seguir el instinto,
la dirección de los hombros.
Es la presión estática,
una obligación elástica.
¿Seguirás lo dictado?
Hay que curar la herida
del ser encarcelado.
Lejos, hay que virar lejos
de esta condena de normas,
patrones y formas.
Seguir el instinto,
la dirección de los hombros.
La dirección de los ojos.
De tus ojos.
Autor: Mandrágora
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