No se movía ni una hoja en ese cielo de tarde y sudor, en el aire suspendido ni los los pájaros cantaban. Todo se resumía a ese instante, tanto tiempo de intriga, de buscar eso que no sabían, cuanta gente que no se volvió a ver, todo por presenciar lo que ocurriría en los segundos que venían. Le quitaron la bolsa negra de la cabeza y el niño grito: 98, 99, 100!! Salí!
Autor: Wolframio
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