Lo único que se escuchaba era mi respiración y la válvula de la "ceresita" agitándose, con agilidad termine el relleno y en un pestañeo vi a través de mi párpado ese rojizo parpadeante tan conocido.
mire mis manos y sonreí
- para variar no traje mi carnet- me dije.
Autor: Leopoldo Stuardo
No hay comentarios:
Publicar un comentario