domingo, 28 de septiembre de 2014

La coleccionista

Muerte.

Eso es lo que había alrededor de Alma, una joven que era hermosa para su edad, provocaba todo tipo de reacciones a todo a quien se le cruzara, pues claro a quien no le gusta una niña esbelta de cabellos dorados y unos ojos azules como el cielo, con sonrisa de ángel y una mirada tan profunda que penetraba hasta tu alma. Esta niña con solo quince años de edad perdió a toda su familia en un trágico accidente automovilístico, donde sus padres y su pequeña hermana murieron.

Quedando huérfana, quedando sola.

La pobre de Alma sufrió mucho en la soledad, tanto fue que terminó haciendo un pacto con el Diablo, ofreciéndole su corazón a cambio de un poder que haría que las personas que entraran en contacto con ella nunca pudieran dejarla.

Nunca pudieran abandonarla.

Sin corazón, perdió el brillo tan especial de sus ojos volviéndose fríos y vacíos, su mirada triste que le quedo de por vida, fue la única muestra que quedo de sus sentimientos abandonados en lo más profundo del infierno, junto a los recuerdos de su familia.

La niña sin corazón, maldita creadora de una ilusión, si tú te unes a ella de por vida será y si crees que puedes abandonarla ella no te perdonara.

Con la mirada fría y sin corazón no sabía cómo ocupar la razón, para cumplir su cometido 
necesitaba a niños perdidos. Su primera adquisición, una joven rechazada por ir en contra de la corriente, siempre juzgada por ser diferente.

-No te preocupes, yo estaré contigo y tu conmigo- dijo Alma, con una falsa sonrisa consoladora.- 

Quiero ser tu amiga porque no me importa lo que los demás digan de ti, yo creo que no eres como los demás creen que eres.

-¿Por qué?- dice la joven con el maquillaje corrido- ¿Por qué no les crees a los demás?, es la 
verdad, así soy yo, una rara, nadie me quiere, nadie me ama, nadie me acepta, estoy sola.

Alma abrazándola le susurra al oído:

-Tu soledad es mi soledad – le dice con una calma eterna.- Me veo reflejada en ti, y siento lo que tu sientes, algo en ti me recuerda a mí, por lo que necesito que seas mi amiga.

Los argumentos en aquella situación le parecieron a la joven seductoramente racionales, por lo que aceptó ser su amiga. Lo que no sabía es que su alma, en el mismo instante en el que aceptó la mano de aquella salvadora, le fue arrebatada.

Quedando vacía, quedando sin sustancia.

Y así Alma consiguió su grupo de amigos, algunos la llamaban la diosa de los raros, ya que además de que su grupo era conformado por personas las cuales eran constantemente rechazadas y constantemente heridas, ella era una hermosa chica que integraba a cualquier persona que tuviera algún defecto del cual era excluida o que fuera diferente a los demás, extendiendo su grupo a una amplia gama de seres, y por tanto, de almas. 

Exquisito banquete de todo tipo de rareza, dime si ¿lo crees tú alteza?

 ¿Cómo era posible que todas estas personas coexistieran siendo que eran todas de distintos 
grupos, de distintos gustos?

Muy simple, Alma era el eje de todas sus temáticas, de todos sus momentos, ellos se sentían 
completos con ella y ella nunca más estaría sola.

Tu alma esclavizada por la bruja sin corazón, quedaron condenadas a la sumisión.

Alma llevaba consigo más de veinte condenados, cuando un día un suceso inesperado sucedió. 

El amor en el grupo apareció, lo que provocó que la dejaran a ella, el tema central. ¿Cómo era 

posible esto? Muy simple, el corazón de aquellos, y de todos en realidad nunca fueron tomados, lo que hacía que pudieran tener sentimientos. Entre estos dos lograron juntos crear un alma nueva complementándose, experimentando otro tipo de felicidad, que no involucraba a esta niña infernal.

La joven niña infernal, con este hecho fuera de lo normal, y con su ira antinatural, se lleva a esas almas al umbral de su propio final.

Las dos jóvenes almas asesinadas cruelmente en el plano espiritual, este hecho logró que Alma perdiera el suficiente poder para retener a todas las demás almas, donde estas lograron escapar y ninguno de ellos dudo en abandonar a aquella alma maldita, quien retornó al principio de su 

soledad.

Todas las almas encadenadas, ya libres gritaban acerca de su victoria y la pobre chica sin corazón, en su último chispazo de dolor, arroja sus dos últimas lágrimas acabando completamente con su contenedor. 

Y antes del fin exclamó:

-Oh, señor del Abismo cuida mi alma como Alma quería, como quería a su familia, como quería ser feliz, como quería nunca más estar sola, con esa pasión y determinación que hoy acaba- dice antes de saltar al vacío. 

El cadáver frío en el suelo se encontró, un vacío contenedor, nadie le lloró en la tierra, nadie le recordó siquiera, fue por siempre olvidada y abandonada. Mientras que la pobre alma de Alma sigue vagando por el infierno, pagando su soledad eterna en una realidad externa, su pobre familia la mira desde arriba, lamentando el momento que provocó su muerte. 

Muerte.

Dolor.

Odio.

Autodestrucción. 

Fin.

Autor: El escritor maldito del siglo 21.

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